Palermo a solas con Olé.
- Ramiro Scandolo rscandolo@ole.com.ar
- | 27-11-2010
Revive
los goles en la Intercontinental 2000 y le pone suspenso al final de su
carrera. Claro: siempre sueña con más. Optimista. Insaciable. Titánico.
Loco.
-¿Sabés dónde estabas hace diez años?
-Me
lo hicieron recordar estos días los hinchas, mis amigos... Pasaron diez
años de la Intercontinental, de mis dos goles al Real Madrid... Es algo
que no voy a olvidar más y siempre va a ser recordado por todos.
-¿Te
guardaste algo de esa final del mundo? -Tengo la camiseta de Morientes,
que es algo muy valioso para mí. En su momento la perdí y luego la
recuperé. También tengo la medalla, diarios de Japón.
-¿Cómo
podés perder una camiseta? -En una mudanza, no sé si me la robaron o
qué. Pero cayó en manos de un hincha de Boca, yo en una nota dije que
la había perdido y se contactaron conmigo para decirme que la habían
encontrado. Me pareció raro, no le pregunté cómo le había llegado a las
manos, pero vino el pibe, me la dio y yo le regalé mi camiseta de Boca.
-Cuando
jugabas en España, ¿te recordaban esos dos goles? -Mucha gente. La del
Madrid me decía: “Vos nos hiciste dos goles”. Y la del Barcelona me
felicitaba: “¡Qué bueno los goles que le hiciste al Madrid!”. Después,
también jugué contra el Madrid con el Villarreal y siempre era el
recuerdo de ese partido en Japón. Los medios se enfocaban en eso, en
mis goles.
-¿Aquel Real Madrid es comparable con éste? -Sí,
siempre tiene a las mejores figuras. Era el Dream Team del momento, con
Roberto Carlos, Guti, Raúl, Figo, Makelele, todos muy reconocidos. Y
nosotros, con el convencimiento que teníamos de conseguir lo que
queríamos, le terminamos ganando.
-¿Con ese Boca te le animabas a
cualquiera? -Sí, a cualquiera. Respetando a los rivales. Pero no
teníamos miedo de enfrentar a nadie. Era un equipo con capacidad de
enfrentar lo difícil y hacerlo fácil. Ante la adversidad, se superaba y
revertía el resultado. Cualquier mal momento que el equipo pudiera
sufrir, tenías la tranquilidad de que lo podía revertir.
-Si te
comparás con ese jugador de hace diez años, ¿en qué ganaste y en qué
perdiste? -Seguramente en lo físico vas perdiendo con los años. No digo
que soy rápido ni nunca lo fui, pero hoy me cuesta más sacar ventaja.
En aquel momento, recuerdo que en el segundo gol, hice un pique con
Geremi y le gané por velocidad y potencia. Si hoy me tirás ese pase
largo, no lo corro, o corro y no creo que le pueda ganar. Hoy son más
las mañas, sacar ventaja con lo que aprendí con el tiempo. Voy
sintiendo los cambios físicos en muchos aspectos. Pero utilizo la
experiencia.
-Fallás menos goles...
-Trato de no hacer
grandes desgastes como antes y sí estar preparado para la situación que
me quede, estar con resto, aprovecharla, estar con fuerza para ir al
choque con un defensor, ganarle de arriba. Trato de hacer eso, medir el
esfuerzo para sacar ventaja en el momento justo.
-¿En qué más se
sienten los 37 años? -En el día después de los partidos. Me cuesta más
arrancar la semana, la exigencia de los entrenamientos. Las últimas
pretemporadas ya las sufrí más en lo físico, en los dolores, cuando
antes me recuperaba y al otro día podía hacer el trabajo sin molestias.
También uno tiene que regular para no llegar a una lesión, porque
cuesta más recuperarse y volver a estar como antes del problema.
-Después
de los entrenamientos, te vas último del club. ¿Te cuidás más que el
resto? -Sí, más en esta instancia. Tienen que estar todos esos cuidados
de ir al gimnasio, fortalecerme, masajearme, tratarme con los
kinesiólogos ante cualquier cosita para no sentir nada al otro día,
para estar todos los domingos con la exigencia necesaria.
-¿Qué
te falta conseguir en tu carrera? -No hay nada puntual. Conseguí todo.
Campeonatos locales, internacionales. Pero quiero más. No me conformo
con lo que logré. Cada vez que hay algo por jugar, el inicio de un
campeonato, lo quiero jugar y ganar. Son desafíos que te ponés en lo
individual y grupal. Ganar un campeonato, salir goleador, las mismas
sensaciones que tengo desde que empecé. Sintiendo eso, me da como para
seguir adelante.
-¿Qué desafío te propusiste de ahora en más? -En
este año de contrato, además de cumplirlo, poder entrar a la Copa
Libertadores del año que viene. Eso fue... No una frustración, pero ése
era mi deseo. No se dio y ahora hay que apuntar al campeonato, ganarlo
y retirarme con un título más. Ese sería un buen cierre. No se dio en
junio pasado, porque si veníamos de Sudáfrica con la Copa me hubiera
retirado.
-¿Dejabas si ganaban el Mundial? -Era una buena
posibilidad. O haber jugado seis meses y retirarme en diciembre. Pero
apunté a un año más y es lo que deseo.
-Sólo por el gol no te ibas a retirar...
-No,
más allá de todo lo que significó, todo lo que me marcó ese gol y
volver a estar con la camiseta de la Selección, siempre te queda un
sabor amargo cuando no lográs el objetivo que te propusiste y entonces
vas en busca de algo más. En este año de contrato, me propuse conseguir
algo. Esa es la idea. Si no, igualmente, me voy a ir con la
tranquilidad de que Boca me dio todo y yo traté de darle lo máximo.
-¿No
hay ni una deuda o frustración? -Nada. Jugar un Mundial lo pude
cumplir. No hay torneo que me haya quedado sin ganar y eso me da la
posibilidad de decir que cumplí con todos los objetivos: salí goleador,
hice goles importantes en finales de todo tipo... Me voy con la
conciencia tranquila.
-¿Por qué pensás que te tocaron vivir
tantas hazañas y tragedias? -Es parte de la condición de uno, de la
vida. En todo lo que uno hace hay cosas buenas y malas. Pero eso te
hace fortalecerte, superarte. En esos momentos duros, de adversidad,
crecés. Cuando hay muchos que ante eso, quedan en el camino. La vida te
pone a prueba. En la profesión, a cada momento hay pruebas, quieras o
no, más o menos... Desde un abogado a un periodista, un maestro o un
futbolista, todos tenemos pruebas que tenemos que pasar para superarnos
y tratar de tomar el camino que queremos. Siempre hay que tratar de
cumplir todo lo que deseás para no sentirte frustrado.
-¿Y cuál
es tu mayor satisfacción, entre tantos títulos y goles? -Mi hijo. Verme
reflejado en él. Ir a verlo jugar y verme yo en mis comienzos. Es una
satisfacción, una emoción muy grande que haya elegido el mismo camino
sin haberlo presionado.
-Entre tantos goles, ¿cuál elegís? -Los
dos más importantes son los del Real Madrid. Y como lindos, el de
Independiente de mitad de cancha, el de cabeza a Vélez, el de la vuelta
después de la lesión con River... Otro lindo fue el tercero a Atlas por
la Copa 08, en el que la piqué... Siempre hubo goles que en algún
momento me marcaron por algo. Algunos se recuerdan más que otros, pero
para mí haber hecho 229 goles con la camiseta de Boca es algo
impensando. Era inimaginable que iba a quedar en la historia como el
máximo goleador.
-¿Qué imaginabas cuando llegaste en 1997? -Mucho
menos. Esto es una rueda, con muchas ideas y venidas. En 1999 sufrí la
primera lesión, pero antes me podría haber ido a la Lazio y no se dio.
Me quedé, me recuperé y viví todo lo que viví, gané una Libertadores y
la final con el Real. Después me fui a Europa, allá me lesioné y me
costó mucho superarlo, por estar afuera. El regreso a la Argentina y a
Boca fue la mejor decisión que tomé. Del 2005 a hoy, son cinco años con
muchas cosas. Entre la primera etapa y segunda etapa, no hago
comparación, son completamente diferentes y con muchos logros.
-¿Con
qué compañeros te quedás de todos los que tuviste en Boca? -Siempre
remarco a Guille, por la enemistad que había desde mucho tiempo antes
de venir a Boca y luego haber llegado a esta amistad impensada.
Después, hice amistades con muchísimos más, como el Pato, Cagna,
Schiavi, Migliore...
-¿Y los rivales?
-No hice amigos
rivales, no tengo relaciones fluidas. Pero siempre que me crucé en
algún lado hubo buena onda. Con los de River, de Gimnasia...
-¿Sentís que te admiran también los rivales?
-No
sé si hay admiración, sí respeto, de los jugadores e hinchas rivales,
de los árbitros. Yo valoro mucho, en el final de mi carrera, más allá
de los títulos y los récords, haber logrado todo ese respeto.
-¿Te putean menos que hace diez años?
-Sí.
Existe rivalidad de Boca con todos, es un club al que no quiere nadie y
a cualquier cancha que vas, los hinchas te putean, pero se fue
revirtiendo y en la calle siento que me respetan. Eso me moviliza.
-¿Qué es lo bueno y lo malo de ser Palermo?
-Yo
convivo con lo bueno y lo malo, con ser quien soy. A favor, es lo lindo
de tener ese reconocimiento, cariño, apoyo, respeto, que la gente venga
y me diga: "Me hiciste llorar con ese gol en el Mundial" o "Más allá
que seas de Boca, te admiramos". Y lo malo, no siento que ser quien soy
genere algo malo. No vivo rezongando por el reconocimiento del día a
día.
-¿Hay lugares donde no te reconocieron? En algunas vacaciones...
-Siempre
alguno me reconoce. Vas a un hotel afuera y hay uno que trabaja en el
hotel, habla español, sabe de fútbol... Pero eso es también lo lindo
que me dio el fútbol, ese reconocimiento en todas partes.
-Si fueras presidente por un día, ¿qué harías?
-La política no me gusta.
Pero
lo principal es tratar de encaminar a los chicos, con la educación, con
las necesidades básicas. Si uno proyecta a partir de los más chicos, el
día de mañana las personas se encaminarán para lograr tener un país
como uno quiere. Esos chicos van a ser grandes y todos vamos a estar
mejor.
-Muchos chicos quieren ser como vos, ¿vos quién querías ser?
-Cuando
iba a ver a Estudiantes, admiraba a Luis Islas. Yo era alcanzapelotas,
me gustaba estar cerca de los jugadores, relacionarme, sacarme una foto.
Después,
empecé a darme cuenta de lo que significaba Diego para el mundo, empecé
a ver a jugadores en mi posición, como Batistuta, el Beto Acosta,
Gareca... Y ya siendo profesional, a jugadores de Europa como Zamorano
en el Real, Van Basten en el Milan, me veo reflejado en Raúl, Inzagui,
Henry, Ronaldo, Romario. Jugadores que admiro por el mismo puesto,
aunque no tenga las mismas características...
-¿Sos de engancharte a mirar un programa especial con tus goles?
-Sí.
-¿Y qué te sorprende?
-Nada
me sorprende. A veces los veo, miro los que hice en Estudiantes y en
Boca, y nada me sorprende. Vivo del gol, el gol es parte de mí. Sí me
genera muchas sensaciones por dentro verme haciendo goles. Los veo y
recuerdo todos, del primero al último.
No hay uno que diga: "Uh, de ése no me acordaba".
-¿Es posible para Boca repetir lo de los últimos 10 ó 12 años?
-No
lo sé, es empezar de nuevo un proyecto, es generar lo que se generó a
partir de la llegada de Carlos (Bianchi), es la elección de jugadores,
la formación de un grupo, que haya 11 titulares más un banco de
selección. Vos formás un equipo de selección y te va a dar resultados.
Seguro.
-¿Y hoy en qué lugar están de ese proyecto?
-No podemos pedir todo eso ya mismo. Pero, tranquilamente, un club como Boca lo puede llegar a lograr de nuevo.
-¿Te gustaría volver a vivir eso como técnico?
-Sí,
pero no pienso en eso ahora, sino en empezar de abajo. Pedir eso de
entrada sería mucho. Yo quiero ser técnico, pero decir que quiero
dirigir una final como ésa, no. Primero tengo que hacer experiencia.
La
conducción de un grupo no es fácil y llegar a instancias como ésas...
Con el tiempo, mi ilusión sí es ser el técnico de Boca, pero no quiero
apresurarme.
-¿No se mueve esa fecha de retiro?
-Tendría que pasar algo importante, algo que modifique mi forma de pensar sobre lo que ya tengo planificado.
-Hace algunas semanas se dijo que podías dejar en diciembre...
-No, no es la idea. Lo hubiera planteado antes de firmar el contrato. Ahora, pase lo que pase, voy a cumplir el año.
-¿Y Estudiantes?
-No, ya tomé la decisión de retirarme acá. Sí, algún día, me gustaría dirigirlo.
-¿Podés firmar que te retirás en junio?
-No, no puedo firmarlo.
Pero es más sí que no.
Cuando yo me decido por algo, tiene que ser así.
-¿Venís manejando bien el retiro?
-Hoy
lo digo muy abiertamente. El tema es cuando se acerque más la fecha,
falte un mes o una semana, llegue el último partido y vea lo que me
genera.
Hoy digo todo así, con facilidad, pero cuando llegue el momento va a ser fuerte.
Tal vez no me afecte por el convencimiento que tengo hoy, tal vez sí.
-¿Te vas satisfecho del fútbol? ¿No falta nada?
-No
tengo nada pendiente, algo que diga: "Quiero que pase esto". El fútbol
me dio todo, reprocharle algo al fútbol sería injusto. Lo que me dio,
lo que pasé, viví, buenas y malas, no todos lo tienen. En el fútbol son
muy pocos los elegidos, los que pueden hacer una carrera como la mía.
No me falta nada.