Ya no está. Se fue. Eligió irse lo más lejos posible, tomarse las vacaciones más largas de su vida para no sufrir. Sabía que recién iba a comenzar a sentirse un ex cuando sus compañeros terminaran las vacaciones y retomaran los entrenamientos. Ya no está Martín Palermo. Las islas de Cerdeña y Capri, en Italia, lo tienen recostado en sus playas. Lejos del fútbol. Y en Boca ya lo extrañan.