martes, abril 05, 2011

"Palermo no se va, Palermo no se va!!!"




“Más no le puedo pedir a Falcioni”, dijo el goleador, emocionado por la titularidad para el domingo y por el cariño de más de 3.000 personas que lo homenajearon en San Miguel, con Olé de testigo...
No es como la salida a la cancha. Vestuario, túnel y césped. Puede parecerse en algo, pero en la Bombonera la multitud está de un cristal o alambrado para afuera. Acá son brazos y manos que intentan tocarlo, acariciarlo. El ídolo y la gente, cara a cara. Papeles, camisetas, lo que sea, se lo ponen frente a su cara para que se los firme. Aparecen de un lado y del otro, por delante y por detrás. Cientos que gritan y ruegan por un autógrafo. Es en un colegio de San Miguel, en el Gran Buenos Aires, como podría haber sido en cualquier lado. Estudiantes para maestras jardineras, con sus delantales a cuadritos chiquitos azules y blancos, también desesperan, no le permiten terminar de entrar al lugar. Y él, Martín Palermo, firma al andar. Hay más de rockstar que de futbolista. Lo esperan más de 3.000 personas en el gimnasio de la escuela. Hay un escenario preparado para homenajearlo y para que dé una charla. Y el griterío se hace ovación cuando aparece: “Paleeermo, Paleeermo, Paleeermo…”. Casi que no lo puede creer, por más que haya vivido miles de estas. “Agradezco el cariño que me dan, más en este momento difícil en el que el gol no aparece”, devuelve con gentileza.
Es el día libre del plantel de Boca. Después de la victoria ante Estudiantes. Después de un fin de semana más sin goles suyos. Después de la polémica por haberse puesto la número 11 de Verón... Es la demostración de la gente de que hay ídolos que están más allá de hacer o no hacer goles, es la devolución por tantos goles pasados. Es la devolución de la gente al ídolo justo cuando éste más lo necesita. Y por eso él se los hace saber con sus primeras palabras. “Esto me hace bien, me moviliza”, repite una y diez veces. “Por más que me hayan hecho muchos reconocimientos a lo largo de mi carrera, nunca dejo de sorprenderme”, agrega, en la presentación organizada por la Municipalidad de San Miguel y tusidolos.com.
Si Palermo necesitaba vivir algo así es porque está metido en una sequía goleadora en el último tramo de su carrera y encima, fecha tras fecha parece cuestionarse su capacidad. “Tengo que adaptarme a lo que pide Falcioni, estoy agradecido por el respaldo que me da y más no le puedo pedir... A mí realmente me preocupa no poder dar respuestas dentro de la cancha, algo me está faltando. Tengo pocas situaciones claras para convertir y extraño los goles. También me doy cuenta que son mis últimos partidos contra los equipos que enfrento”, explica. Y la gente, inmediatamente, estalla en una nueva ovación. Tienen que pedir silencio para que siga hablando. Los chicos de distintas escuelas le preguntan por sus valores, por quiénes lo acompañaron en los momentos difíciles de su vida y por el retiro… “Para mí es una decisión difícil, muy difícil. Pero después del Mundial decidí poner una fecha y ya sé que esto se termina. Tengo bien claro que el 19 de junio no voy a estar más para jugar”, agrega, cuando los gritos lo vuelven a tapar. “Palermo no se va, Palermo no se va…”, es el nuevo hit. Y él se emociona, sus ojos se humedecen.
Hay programada una exhibición de fútbol-tenis, con el Loco presente más que nada para la foto, pero no bien termina de hablar lo rodean, le toman la manzana. Le piden fotos, más autógrafos. Un chico al que le falta un brazo por un error en un tratamiento médico saca de una mochila unas diez camisetas y el ídolo se las firma todas, cada una con una dedicatoria distinta. “Para los vecinos del barrio”, responde cuando el Loco le pregunta si son de su equipo de fútbol. Apenas alcanza a entregarles unos nuevos juegos de camisetas a 12 chicos representativos de distintos clubes barriales de la zona. Enseguida, por el desborde de la multitud y por no haber podido pisar la canchita, pide unas pelotas de fútbol para regalar. Primero elige entregárselas en la mano a unos nenes en sillas de ruedas y luego, una vez autografiadas, patea las restantes pelotas a la gente. Antes de pedir el micrófono y agradecer nuevamente: “Ustedes son la fuerza y la energía, voy a seguir adelante para hacer muchos más goles”. El domingo, contra Lanús, y por decisión de Falcioni, tendrá una nueva posibilidad de darles el gusto...